Era martes por la mañana…después de madrugar bastante y
asegurarme de que lo llevaba todo, me fui camino al aeropuerto (GRACIOSO: Cerca
de la parada del autobús un chico me dio los buenos días en holandés…y yo, tan
feliz y con mi chip super cambiado, le solte un buenos días con todas las
letras. ¡El pobre se quedó loco!).
El avión salió con un poquito de retraso…
pero salió, ¡que es lo que importa! :). En medio del viaje un pasajero se puso
malo… y bueno, lo típico, super películero… “¿Hay algún medico a bordo?”. Y
claro, pues lo había. ¡No se por qué pero en estos casos siempre hay médicos!.
Por fin llegué (en 1h45min, on time a pesar de salir con retraso…),
y en el aeropuerto me estaban esperando mi hermana y el Dani :D. Comimos en
casa (comida normal, ¡por fin!) y por la tarde me fui a Vilanova y la Geltrú
con mi hermana a conocer ah…¡el pequeño Roger! Más vale tarde que nunca… ¡qué
bonito! ¡qué chiquitín! ¡qué requeteguapo! jajaja.
Estuvimos un ratito allí,
jugando con el Marc, tomando un helado… y a la vuelta a Barcelona quedamos con
Anita Dinamita (¡uououo!). Para cenar, fuimos a un restaurante italiano y a
dormir, que quedaban muchos días por delante…
El miércoles había que dejarlo todo preparadísimo: ¡por la
noche empezaba nuestra aventura letona!. Aun así, aprovechamos el día al
máximo: un ratito con mi amigo Andrés, unas compras, una comida familiar… ¡y
empiezan las prisas!.
...nos vemos en Holanda!:)