17/04/14 - Haarlem y Heemstede.
Me levanté ya con nervios. A las 9 estaba libre, así que me terminé de
preparar y salí de casa: había quedado con Balbina y Diana para comprar un “kit
de bienvenida” (una chorradita que me hacía ilusión: unos huevos de pascua y
unas stroopwafels, unas galletas de caramelo típicas de aquí…). Balbina me
acercó a la estación para coger el tren hacia el aeropuerto. Una vez allí,
busco la puerta de salida y me pongo a esperar… ¡el avión iba a aterrizar antes
de tiempo!. La verdad es que me encantó estar allí, ver como muchas familias
esperaban con pancartas, globos, ver las reacciones de la gente al ver a sus
seres queridos a los que quizá llevaban mucho tiempo sin ver, imaginarme las
historias que podría haber detrás de cada abrazo… ¡Increíble!.
La verdad es que se me pasó bastante rápido el tiempo, aunque no dejaba de
mirar a cada puerta a ver por donde aparecían… me hubiera encantado el momento.
¡Pero no! Al final, vete a saber tú por qué, aparecieron por otra puerta, y yo
no estaba esperando… Pero enseguida me llamaron y nos encontramos. ¡Qué ganas
tenía! :)
Después de dar unas vueltas por el aeropuerto (es enorme pero comodísimo),
cogimos el autobús para ir a Haarlem. Llegamos al hotel, dejamos las maletas y
nos fuimos a comer algo rápido. Volvimos a coger el autobús, pero esta vez de
camino a Heemstede, mi pueblo… Les pude enseñar las calles por las que suelo pasear,
la calle de tiendas, el parque… ¡hasta entramos al supermercado! jajaja. Luego
fuimos a mi casa, conocieron a Radna, a Victor, a los niños y a la vecina,
vieron la casa, mi habitación… y cenamos todos juntos (¡la primera vez en la
vida que veo a Radna cocinar con esmero y algo diferente a lo de siempre! jajaja).
Yo cené rápido y me fui, tenía clase de inglés (a la que obviamente no fui…
pero a la que tenía que fingir que iba…). La bromita casi me sale cara… el
autobús tardó un montón en llegar, tuve que dar una vuelta metiéndome por
callecitas más pequeñas por si acaso, crucé la calle volando… y bien justo que me fue:
llegué a la habitación, me quité la chaqueta, y llegaron… jajaja. ¿Y tanto
secretismo? Victor les trajo en coche al hotel, y no me podía ver… ya que, como
he dicho, para ellos estaba en clase de inglés… jajaja.
Tomamos unas cervezas en la Jopenkerk de Haarlem (es la antigua iglesia
Jacobskerk, iglesia de Santiago, que es ahora una fábrica de cerveza), después
una recenilla en McDonalds (la cena fue a la holandesa: temprana y escasa…jajaja)
y al hotel a descansar.
en la Jopenkerk
...nos vemos en Holanda!:)
No hay comentarios:
Publicar un comentario